¿Porqué un diario?
Porque existen diferencias entre Cáceres y Badajoz, porque no son iguales ni tapas, ni los cafés ni las tostadas ni casi nada. Porque la raya que delimita las provincias tiene su peso, porque como dice el alcalde de Montanchez "Ay con los del llano...", porque vivo en el Balcón de Extremadura y eso es para contarlo y porque esas diferencias aportan riqueza, y no hacen ni mejor ni peor a nadie he decidido escribir este blog y subtitularlo "Diario de una Oliventina en Montánchez". Porque cuando llegué aqui, hace unos seis meses, todo me recordaba a un libro que leí hace años que se llama "Cinco panes de cebada" y que narra la vida de una chica de ciudad que por motivos de trabajo se traslada a un pueblo algo más pequeño que Montanchez y que debe luchar por adaptarse al ambiente. Yo no soy de ciudad, soy de pueblo y lo digo con mucho orgullo, soy de Olivenza, un pueblo de Badajoz que se encuentra pegadito pegadito tanto fisica como historicamente a Portugal y que tiene unos 15.000 hab contando las pedanías. Es de entender, que note el cambio, que de pronto me parezca pequeño este pueblo, que sus gentes me parezcan al principio extraños, que sus calles me resulten estrechas y que vea un problema serio de aparcamiento... pero todo eso ha pasado, he superado los problemillas inciales ¿cómo? muy sencillo, en cuanto a la estrechez de las calles y el aparcamiento he optado por dejar el coche en casa y venir andando que ahorro gasoil, que no me agobio buscando aparmiento y que encima hago ejercicio. En lo que al resto de cosas se refiere tengo que decir, aunque suene tópico, que me ayudó la gente de aquí, la gente de Montánchez ha conseguido paliar esas carencias iniciales y ha hecho que me sienta cómoda aqui. La gente de Montánchez es abierta, cercana, sencilla y amable, siempre tiene un "buenos días", "Oscar... pues es verdad" y un bar al que ir y no sentirte descolocado o fuera de lugar. Montánchez es diferente y eso me gusta, no tiene centros comerciales pero tiene un supermercado que está muy bien, no tiene 80 bares, tiene bastantes menos pero están genial, no tiene grandes parques o plazas pero los que tiene poseen un encanto especial.
Esto que digo ahora era para mí impensable al principio, en abril yo pensaba que no me iba a sentir comoda, mi casa aquí es pequeña y un grifo se sale todo el rato, mi habitación no tiene ventana y tengo serias dificultades para tender la ropa porque no hay donde secarla pero todos esos abatares se han ido poco a poco solventando y ahora me siento feliz y cómoda, añoro mi pueblo y sobretodo a mi familia (Lucia... tu la que más) pero he asimilado que tengo que estar aquí y no me desagrada, he convencido a mi cabecita y a mi corazón medio portugués de que es una etapa y como tal hay que esprimirla a tope para sacar todo cuanto se pueda.
Empezaré este diario en el próximo artículo, que llevara por nombre "Mi vida aquí. Acto I" o algo similar y que será publicado en breve. Ahora os tengo que dejar porque mis obligaciones me reclaman. No dejeis de comentar cositas. Bss
7 comentarios
MARTIN -
er lolo -
José Manuel Rayo -
Suerte
Hurón -
Suerte con tu blog. Ya lo he añadido como enlace en La Cosa Libre (http://cosalibre.blogspot.com)
Verónica -
Alicia -
Manuel -
Será visitante abonado... abrazos y parabienes desde el centro del mundo, desde la zona nodriza de Montánchez. Cáceres te saluda, ¡oh María!